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martes, 10 de enero de 2012

"Prólogo"

PRÓLOGO
Una vez más estaba en aquella habitación de paredes lilas y muebles de madera. La cálida luz del sol penetraba por la cristalera situada al noroeste de la estancia. Los rayos iluminaban el cuarto y caldeaban el ambiente, dándole un aspecto más acogedor. Pese a eso, la lámpara del techo estaba encendida. Se trataba de un arcaísmo de diminutos cristales entrelazados por cadenas doradas, formando una inextricable cascada de espejos. Las radiaciones de sol impactaban contra estos cristales y se reflejaban en las paredes, creando graciosas e intrincadas siluetas de diversos colores.

   Una sonrisa se dibujaba en mi rostro. Mi expresión denotaba serenidad, aunque me sentía un tanto desconcertada. Mis ojos recorrieron una vez más el lugar. Enfrente de mí, un séquito de amigos me devolvía la mirada al tiempo que me hablaba sin cesar. Estaban todos, sin excepciones. Galón, Marina, Janis, Sammy, Armos y demás amigos se emocionaban relatándome el final de la guerra. Sí, de aquella esperada batalla que habíamos librado contra los Unomortes. Cada uno contaba sus experiencias interrumpiendo la frase del de al lado. Las risas se entremezclaban con las voces.
   Puede que verlos allí reunidos me entusiasmara, sin embargo no era lo que más me cautivaba. Se trataba, como siempre, de él. Dereck estaba allí, a mi lado, con su cálida mano entrelazada a la mía. Notaba nuestras respiraciones acompasadas, su fragancia envolviéndome e hipnotizándome. Apreciaba su presencia y eso me abrumaba. Por primera vez en mucho tiempo, volvía a sentirme viva de verdad. De nuevo quería reír y disfrutar. Después de tanto sufrimiento, las cosas volvían a ser como antes, como tendrían que ser. Su vida y la mía unidas por siempre.
   Como si supiera que estaba pensando en él, giró su cabeza y clavó sus añiles ojos en los míos. Al segundo, una sonrisa apareció en su cara. Aquella mueca tan representada, la tenía grabada a fuego en mi mente. Imborrable. Eterna. Inalterable. Y, de pronto, todo parecía estar bien. No sentía miedo, algo nuevo en mucho tiempo. Esa sensación de opresión constante, de soledad estática, había desaparecido por completo, dejando paso a una felicidad extrema e infinita. No había dudas, ni preguntas que azotaran mi mente. Tampoco tristeza ni aflicción. Después de tanto tiempo, volvía a sentirme completa, como la luna junto a las estrellas. Él era quien guiaba mi vida. En su ausencia, estaba perdida.
      Entonces empecé a sentirme mareada. Mi visión se tornó borrosa y las figuras antes delineadas de mis amigos, se vieron envueltas en sombras. La habitación entera se mostraba difusa. Sabía lo que estaba ocurriendo, así que fijé mi atención en él por última vez. Recorrí su rostro centrándome en cada fragmento, intentando memorizar cualquier detalle. Supliqué por lograr unos segundos más a su lado, pero mi ruego fue en vano. La lobreguez me rodeaba casi por completo.
   Cuando mis ojos se abrieron, volvía a estar en mi habitación. Jamás seré capaz de describir el opresivo vacío que sentí al comprender que le había vuelto a perder, que ya no estaba a mi lado, que seguía sola. Una gélida lágrima irrumpió en mis ojos, dispuesta a lanzarse de un momento a otro. Tras todo lo sufrido en las últimas semanas, mi alma se había fragmentado en diminutos trozos, que logré reunir con mucho esfuerzo y tiempo. Ahora ya no era tan fuerte como al principio y sabía que con poco podía volver a desunirse. Y así fue. Con aquel sueño idílico, una vez más, estaba completamente despedazada.
   Aparté las sábanas que cubrían mi cuerpo y me incorporé en la cama. Planté mis pies en el suelo, levantándome del colchón. Caminé hasta la ventana, la abrí y apoyé mis codos en el alfeizar. La suave brisa que penetraba por ella mecía los mechones que se habían soltado de mi trenza. La oscuridad del paisaje que se mostraba ante mí me oprimía aún más de lo que ya estaba.
   Un pensamiento desconcertante a la par que doloroso emergió de lo más profundo de mi mente. Había intentado no hacer caso a la parte racional de mi cerebro, pero esa voz empezaba a hacerse más fuerte cada día, elevando su tono y obligándome a escucharla. ¿Y si nada había existido? ¿Y si jamás fui parte de la historia de mi propio libro? ¿Y si no crucé ninguna dimensión? ¿Tendría razón Elena? ¿Podía ser que todo fuera parte de un extraño sueño?
   Esa lágrima que amenazaba con desbordarse, terminó brotando. Tras ella, muchas otras la imitaron, humedeciendo mi rostro cada vez más.
   Quizá sufriera un desequilibrio mental por el que padecía delirios enfermizos, impropios del funcionamiento normal de la razón. Eso explicaría mis, al parecer, alucinaciones. Tal vez nada hubiese sido real, tal vez mis recuerdos sólo eran fruto de mi imaginación desmesurada,…
   …tal vez, aunque me doliese reconocerlo, padeciese lo que comúnmente se denomina: locura.

3 comentarios:

  1. :O quiiero maas! ^^ me encantaa!! espero que no tardes en subir el capitulo 1 me e enganchao jajaj :D espero impaciente :3

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  2. esta genial!! sigue escribiendo!! :) un besazo

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  3. :) A mí siempre me encantó, que quede constancia.

    Desde los primerisimos inicios... no lo olvides. Te sigo.

    Ánimo, pequeña

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Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 España.

Novela con Copyright

Aprovecho para especificar un detalle que no creí necesario en su momento por considerarlo obvio. La novela, "Más allá de la imaginación" está registrada íntegramente y consta de los derechos de autor (copyright) vigentes en la normativa actual, sino os aseguro que jamás me hubiese atrevido a colgarla por completo. Cuando se plagia una obra haciéndola pasar por propia y omitiendo el nombre del verdadero creador se viola, entre otros, el derecho moral del autor, y este podría exigir reparación por el perjuicio. Estas facultades morales son perpetuas, inalienables, inembargables, irrenunciables e imprescriptibles, como bien señala la Decisión 351 de la CAN (Régimen común sobre el Derecho de Autor y Derechos Conexos).

Con esto sólo digo que cada uno debe esforzarse y escribir algo original y único. Nunca nadie llegó a ser grande por plagiar a terceros.

Be original! =)